De un tiempo a esta parte vemos como cada vez de forma más descarada las empresas tratan de mostrarnos que a través de su producto o servicio podemos alcanzar una experiencia, que es lo que realmente tiene aporta valor a la relación comercial y comunicativa.
En el caso de Mercedes-Benz se hace aún más latente, tanto que el titular es: Experiencias Mercedes. Ahí es ná.
A través de una serie de vídeos tratan de acercarse a públicos similares pero con características específicas, muy definidos y por supuesto cerrados al target de la marca de coches.
Así por ejemplo, lejos de lo que pudiera parecer, Joaquín Reyes protagoniza una de esas experiencias, porque Joaquín no es el cómico gañán con acento de Albacete de humor absurdo, sino ese profesional de la comedia con éxito que ha marcado un antes y un después en el humor español y que madura con el tiempo sofisticando sus gustos hasta el punto de conducir un Mercedes Clase A.
Bestial, ¿no os parece? Al menos da mucho que pensar, y como me suele gustar presentar la publicidad en los platos de este blog: es al menos polémico.
Hablando de coches, en el restaurante no tenemos mozos de esos que te aparcan el coche y te ponen la manita para que les dejes propina. La dirección debería pensarlo... que un gorrilla te guarde el sitio puede ser más molesto, pero que te lo aparquen es un gesto mucho más valorable. ¡Yo no debería ser camarero, con mis ideas este restaurante estaría hasta arriba!
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